¿Qué es el citomegalovirus?

¿Qué es el citomegalovirus?

¿Qué es el CMV?

El citomegalovirus (CMV) es un virus del grupo herpes que puede infectar a personas de todas las edades (niños y adultos) y que en general, produce cuadros de poca gravedad. Sin embargo, en pacientes inmunodepirimidos (por ejemplo, pacientes con cáncer o trasplantados) puede ocasionar cuadros graves. Cuando se produce una infección o reinfección durante el embarazo, este virus puede atravesar la placenta y afectar al feto.

¿Qué es el CMV congénito?

Uno de cada 200 niños nace infectado por CMV en España. Cuando el virus infecta al feto durante la gestación, se pueden producir secuelas a largo plazo. Más del 80% de los fetos infectados no presentarán secuelas, pero en torno al 20% tendrán problemas a largo plazo asociados a esta infección, como sordera y/o problemas neurológicos (epilepsia, parálisis cerebral, otros trastornos del desarrollo).

La infección congénita por CMV es la primera causa de sordera de origen no genético en la infancia, suponiendo uno de cada 4 casos. Esta sordera característicamente puede aparecer y progresar tras el nacimiento.

Es también una de las primeras causas de daño neurológico de origen congénito, con un patrón de afectación muy variable. Puede producir  desde cuadros leves de retraso del desarrollo a cuadros muy graves de epilepsia o parálisis cerebral.

Al nacimiento puede existir afectación a muchos otros niveles: afectación de la retina, afectación hepática con ictericia, anemia, plaquetas bajas y otras alteraciones sanguíneas.

¿Cómo se puede prevenir?

La mejor forma de prevenir la infección congénita es evitando las infecciones y reinfecciones de las mujeres embarazadas. Debemos destacar que haber pasado la infección no confiere inmunidad de por vida y es posible reinfectarse, por lo que estas recomendaciones higiénicas se deben extender a todas las mujeres gestantes.

El contagio se produce en la mayoría de los casos a través del contacto con secreciones de otra persona infectada (orina y saliva). Un porcentaje elevado de niños menores de 4 años pueden presentar el virus en la orina o la saliva, por lo que son las mujeres con otros hijos pequeños las que tienen un mayor riesgo de contagio.

Se debe evitar el contacto de las mujeres embarazadas con saliva y/o orina en el cuidado de los niños pequeños:

  • No besar cerca de la boca al niño
  • No compartir vasos y cubiertos o compartir comida
  • Se debe realizar un lavado completo de manos tras el cambio de pañales o contacto con orina.

¿Existe tratamiento?

En caso de infección materna es necesaria la evaluación en una unidad especializada de obstetricia, que asegure un correcto diagnóstico y seguimiento. Diversos estudios han mostrado que ciertos antivirales y otros medicamentos podrían reducir el riesgo de infección del feto en caso de infección materna. Estos tratamientos también podrían disminuir las secuelas en caso de infección fetal. El tratamiento con antivirales de los recién nacidos con una infección con afectación moderada o grave ha demostrado frenar la progresión de la sordera y mejorar otras áreas implicadas. El seguimiento de estos niños debe realizarse en unidades multidisciplinares con un grupo de profesionales implicado y formado en CMV congénito (pediatra/neonatólogo/ infectólogo pediátrico, ORL, neurólogo pediátrico, oftalmología, rehabilitación y fisioterapia).